Capítulo
3: Efectos contrastantes de Cavidades
La Puerta del Espíritu Santo
por Sangallo y la Puerta Pía por Miguel Ángel, ambas en Roma, nos ayudan a
entender los contrastes en la arquitectura. La primera al usar formas curvas y
concavidades, nos da la sensación de un equilibrio armónico, con más cuerpo y
profundidad, más espacio. La segunda utiliza más la convexidad, figuras que
sobresalen mostrando así desequilibrio, más masa, más volumen y pesadez. Ambas,
sin duda, crean efectos visuales, invitando al espectador a observar,
deleitarse con las sombras, los contrastes, las formas.
En el Renacimiento, el
enfoque era la armonía y el equilibrio pero después surgió lo manierista,
añadiendo un enfoque hacia las formas, lo eficazmente visual. De aquí surge el
Palacio Massimo alle Colonne de Roma, empleando columnas y cavidades, creando
así un juego de luz y sombras, profundidades, espacios abiertos y cerrados,
aprovechando las características del lugar. Más tarde las construcciones
vecinas al Palacio pudieron ser unificadas con éste, en donde la parte de abajo
era semejante pero no lo era en la parte alta de cada edificio, creando así una
plaza llena de dramatismo, donde las formas de cada edificio (curvas, ángulos,
espacios estrechos) hablan por sí solas.
Un ejemplo más reciente
surge con Frank Lloyd Wright y su casa “Falling Water” en Pensilvania. En esta
casa, Wright desarrolla un manierismo con huecos, contrastes de formas
(concavidad y convexidad) y yuxtaposición de materiales. Igualmente utiliza los
planos abiertos, en donde las habitaciones interactúan, aprovechando también el
espacio natural y la cascada, dejando un hueco para que pase el agua, creando
una arquitectura orgánica.
En conclusión, las masas y
cavidades, juntas pero contrastadas, llevan a la creación de efectos visuales y
dramatismo en las obras arquitectónicas dejando así que surja una expresión
contrastante.
Capítulo
4: La Arquitectura como Experiencia de Colores Planos
Venecia era una ciudad única
al resto ya que en épocas antiguas, cuando todos se esforzaban por proteger con
muros los territorios, ésta era abierta y despreocupada. Estaba llena de
colores en época de festival al colocar reposteros en las ventanas, cosa que
surgió del Oriente, transformando así la fachada elaborada a un volumen plano.
A partir de esto surge la idea del ornamentalísimo: convertir estos reposteros
en volúmenes creando decoraciones para la fachada. De aquí la mayor
característica de la arquitectura Gótica (arco apuntado) y la Veneciana (arco
redondo).
La arquitectura veneciana
nos permite entender que los edificios pueden simular ser ligeros o pesados.
Mientras más planos los muros, más claro el color o más ligero el material de
cubierta fuera, mayor ligereza para la edificación. De aquí nace el cubismo
arquitectónico: en lugar de sólidos y huecos, se trabaja con pintura
contrastante. Se deja a un lado tanto detalle y volteamos a lo modesto.
Unos años después, Le
Corbusier y Mies Van der Rohe aplican esta técnica de ilusión de elementos,
despojando así la arquitectura de sus masas. El primero lo hizo jugando con la
pintura, sentando las casas sobre pilares, jugando con el hormigón y las
ventanas, mientras que el segundo lo hace igual con proporciones sencillas y
ángulos rectos pero con detalles y materiales de calidad. Él nunca dejará cavidades, no hay
separación entre el interior y el exterior, su arquitectura es fría y frágil,
pero sólida.
En Japón, las construcciones
con en verdad ligeras. Los muros son pantallas (papel montado sobre marcos)
siendo así fácil el desplazamiento y modificación de las áreas interiores,
dividiendo pero a la vez dejando la posibilidad de abrir paso a la naturaleza.
Un plano abierto donde las habitaciones no están claramente separadas unas de
otras, ni del jardín.
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